“La llamamos Espíritu Corazón Dorado (¿puedes ver el corazón dorado en su cuerpo?) porque sabíamos que ella era fuerte”. Los rescatistas llevaron a Spirit al veterinario, donde comenzó su viaje de curación. Pronto descubrieron que el perrito tenía poliartritis, seguida de fiebre e inflamación de las articulaciones.
“Después de recibir una enorme cantidad de líquidos por vía intravenosa, transfusiones de sangre, numerosas visitas al médico y muchos días de hospitalización, su recuento de glóbulos rojos es mucho más alto y su nivel de proteínas se estabiliza”. Última actualización: el perrito pesaba 46 libras, tenía excelentes resultados de sangre y estaba dejando de tomar esteroides.
Su madre adoptiva la adora y dice que se convirtió en una “adicta gordita a la televisión”; bueno, se merece una vida cómoda. ¡Te mereces lo mejor, Espíritu!
La historia de la transformación del perro hambriento sirve como un rayo de esperanza y nos recuerda el poder de la compasión y la empatía. Es un testimonio de la resiliencia y la voluntad de sobrevivir que poseen los animales y del impacto positivo que los humanos pueden tener en sus vidas.
Al apoyar a las organizaciones de rescate de animales, promover la tenencia responsable de mascotas y tratar a los animales con amabilidad y respeto, podemos contribuir a crear un mundo donde ningún animal tenga que sufrir y donde todos puedan experimentar amor, cuidado y una vida feliz.