Una mañana fría, cuando el sol empezaba a salir, un hombre iba en bicicleta al trabajo cuando vio un perro grande tirado en la carretera. Al acercarse, se dio cuenta de que el perro estaba congelado y no podía moverse. Galina se bajó de la bicicleta y caminó hacia el perro, quien lo miró con ojos suplicantes. Cuando Galina se acercó, el perro intentó arrastrarse hacia él, gritando de dolor.
El pelaje de la perra estaba enmarañado y temblaba de frío. Intentó arrastrarse hasta la puerta del coche, pero inmediatamente se desplomó de cansancio. No le quedaban fuerzas después de haber estado sufriendo durante horas. Quizás acaba de vivir momentos de infelicidad, está muy triste. Galina sabía que tenía que hacer algo para ayudar a este pobre animal.
Sin dudarlo, Galina cogió a la perra y la metió en su coche. La perra, a quien Galina había llamado Yasmin, lo miró con gratitud en sus ojos. Galina se dio cuenta de que Yasmin tenía mucho dolor y sabía que tenía que llevarla al veterinario lo antes posible. Galina condujo hasta la clínica de animales más cercana, donde los veterinarios rápidamente se pusieron a trabajar con Yasmin.
Hicieron pruebas y le tomaron radiografías, que revelaron que Yasmin tenía la columna rota y nunca podría volver a caminar. La noticia fue devastadora, pero Galina sabía que tenía que hacer todo lo que estuviera a su alcance para ayudar a Yasmin a recuperarse. Durante las siguientes semanas, Galina visitó a Yasmin todos los días en la clínica de animales.
Le traía juguetes y golosinas y pasaba horas hablándole y acariciándola. Galina pudo ver la determinación en los ojos de Yasmin y supo que ella estaba luchando por recuperarse. Con la ayuda de Galina, Yasmin recibió la mejor atención posible. Recibió fisioterapia y un tratamiento especial para ayudarla a adaptarse a la vida sin el uso de sus patas traseras.
A pesar de las probabilidades, Yasmin nunca se rindió y, con la ayuda de Galina, pudo recuperar fuerzas y aprender a moverse por sí sola. A pesar de todo lo que había pasado, Yasmin estaba llena de amor y afecto por Galina, y él estaba agradecido por la oportunidad de ayudarla.
La historia de Yasmin es un testimonio del poder del amor y la compasión. A pesar de los desafíos que enfrentó, nunca se rindió y pudo prosperar con la ayuda de Galina y el apoyo de su comunidad. Su historia ha inspirado a innumerables personas a ayudar a los animales necesitados y a nunca perder la esperanza, sin importar cuán difíciles parezcan las circunstancias.
¡Dale ME GUSTA y COMPARTE esta historia con tus amigos y familiares!