En el corazón del interior de Australia, en Winton, Queensland, se encuentra un tesoro de madera petrificada con incrustaciones de ópalo turquesa. Las piedras preciosas son codiciadas por sus propiedades únicas y sus tonos brillantes, y el ópalo en particular ha capturado durante mucho tiempo la imaginación de artistas y escritores gracias a sus formas variadas y cautivadoras. El nombre “ópalo” se deriva de la palabra griega Opallios, que significa “percibir un cambio de color”, en alusión a la sorprendente capacidad de la piedra para cambiar de tono según el ángulo de luz.
Las piedras de ópalo son apreciadas por sus propiedades excepcionales y pueden alcanzar precios elevados, especialmente aquellas con tonos más oscuros que se consideran las más raras. Para aquellos que buscan ópalo, Australia es el destino final, siendo el Boulder Opal uno de los hallazgos más extraordinarios. Esta exquisita piedra a menudo se conoce como el “árbol del arco iris” debido a su capacidad para mostrar todo el espectro de colores que se encuentran en un arco iris.
Desde la década de 1890, Australia ha albergado numerosas minas de ópalo que han impulsado una próspera industria centrada en esta piedra preciosa. Si bien el ópalo se usa con frecuencia en la fabricación de joyas, también tiene una variedad de otras aplicaciones, como en la terapia con cristales y la curación energética. Ya sea admirado por su belleza estética o por sus supuestas propiedades curativas, el ópalo sigue siendo una piedra preciosa preciada con una historia rica y fascinante.