Este tipo de arqueología se llama ‘prohibida’, porque si la evidencia fuera aceptada por la ciencia oficial, sería necesario cambiar los libros sobre la evolución y la historia de la humanidad. Es más sencillo abstenerse de especular sobre descubrimientos arqueológicos que no pueden ser explicados.
En febrero de 2012, un grupo de geólogos seguía una veta de oro en el mismo lugar. Continuaron excavando hasta que llegaron a la base de la galería.
Para su completa sorpresa, encontraron una lápida que definitivamente no estaba hecha de roca común. Los geólogos tomaron una muestra y los resultados de laboratorio revelaron que los componentes de la lápida incluían un 55% de polvo de oro de 50 quilates, un 15% de polvo de granito y un 30% de tungsteno. Además, el análisis reveló que la roca compuesta había sido fabricada utilizando un tipo de tecnología desconocida en la actualidad.
Dado que Rosia Montana, Rumania, es una zona minera, se han hecho varios descubrimientos interesantes a lo largo de los años, uno de los más intrigantes fue el hallazgo de dos esqueletos de gigantes de 10 metros de altura en 1976, con las piernas recogidas hacia un lado. Careciendo del equipo necesario para analizar tal hallazgo, los esqueletos fueron enviados a Moscú. Lamentablemente, desde entonces no se ha sabido nada de los gigantes.