Hace aproximadamente un año, una paloma madre eligió el lugar más improbable para establecer su nido, encima de un semáforo que da a una intersección muy transitada en la ciudad turca de Izmir.
Debido a la delicada posición en la que se encontraba ella misma y sus polluelos no nacidos, esta nueva mamá comenzó a llamar la atención de quienes la rodeaban, incluido el veterinario Hakan Erdoğan. Pasó un tiempo hasta que se generó confianza entre ellos, pero después de un poco de paciencia, la paloma permitió que Erdoğan se acercara.
Esta amistad provisional pronto resultó ser vital, ya que Erdoğan tuvo que rescatar a una cría de paloma que se había caído de otro nido en la ciudad.
Erdoğan, con su rapidez de pensamiento y su confianza en su nueva amiga, colocó a la cría de paloma en el nido de nuestra paloma de semáforo, donde fue aceptada de inmediato. La madre cuidó de su hija adoptiva durante un año hasta que tuvo la edad suficiente para volar.
¡Ahora la crianza de palomas ha despegado! Erdoğan le ha traído otro bebé de paloma caído a esta madre, y ella también los ha criado y adoptado con alegría.
Y como el karma es algo hermoso, ¡esta historia es aún mejor! Erdoğan volvió al semáforo hace poco y se encontró con que un amable desconocido había colocado una sombrilla para proteger a la paloma de los elementos mientras cría a sus polluelos.
Nadie sabe quién puso el paraguas allí, pero la noticia ya se ha difundido y esta paloma madre ha aparecido en las noticias turcas. Erdoğan espera que estos actos de bondad sirvan de inspiración a otras personas.