Al ver que el dueño se subió al carro de flores y estaba a punto de irse, el perro siguió, siguió a la persona, saltando de la carrocería del auto para mirar hacia adentro para que el dueño pudiera ver.
Al ver al dueño bajarse del carro de flores y prepararse para irse, el perro saltó contra la carrocería del auto para mirar hacia adentro para que el dueño pudiera ver.
En consecuencia, esta emotiva foto fue tomada por la familia de Alleп Ko en una boda a la que asistió en Gυaпgdoпg, Chipa.
Tenía las orejas bajas y volvió la vista hacia su amante como si quisiera decir algo. Parecía que Goυgoυ sintió que ojoυ-sama se iba esta vez y que pasaría mucho tiempo antes de regresar. Su apariencia destruida hizo que la gente se emocionara mucho.
Normalmente, el dueño está muy cerca del perro, juega y lo cuida, así que cuando el dueño se sube del carro de flores, sus ojos tristes parecen esperar que el dueño se vaya.
La hermosa dueña, mirando a los ojos del perro, también recibió ese amoroso mensaje y los remolinos de lágrimas se levantaron.
En respuesta al amor del perro mascota, extendió la mano y acarició suavemente la cabeza del perro grande, como siempre le acariciaba la cabeza, suavemente con ella.
El perro parece sentir que esta vez el dueño se irá por un largo tiempo antes de regresar (Foto vía Bored Paпda) Según la hermosa novia, Goυgoυ ha estado con ella durante 10 años, jugando juntos, durmiendo juntos y caminando por el gardeп con ella. Se puede ver que su infancia transcurrió con Goυgoυ, todo estaba junto.
Las confesiones de la novia Carrie Ho han mostrado en parte a todos por qué el momento de la despedida es tan emotivo y posstálgico. Aunque pertenecen a la misma especie y tienen el mismo tamaño, el proceso de crecer juntos les ha hecho relacionarse entre sí con los sentimientos más hermosos.
Los perros son mascotas amigables y humanas, son muy leales y afectuosos.
Esta no es la única historia sobre el amor entre humanos y mascotas. Antes de eso, se compartieron muchas historias similares, como la historia de Hachiko: el perro lloraba regularmente hasta la estación para esperar a que su amo regresara cada tarde durante 9 años, 9 meses y 15 días, a pesar de que su dueño tenía suerte. la vida y la tapa nunca volverán.
O historias sobre perros dispuestos a sacrificarse para proteger a sus dueños.