Una tarde de despeje de nieve, un internauta vio a lo lejos un perro acostado en la nieve. La mayor parte de su cuerpo estaba cubierto de hielo y nieve.
Al acercarse, descubrió que la gran perra sostenía en sus brazos a 7 cachorros que apenas habían cumplido un mes.
Se acurrucaban entre ellos para mantenerse calientes, frotándose contra su madre de vez en cuando y emitiendo pequeños gemidos.
Al observar a la madre, se dieron cuenta de que hacía tiempo que se había congelado, convertida en una escultura de hielo.
La madre yacía de lado, aparentemente sosteniendo y amamantando a sus cachorros durante sus últimos momentos de vida.
El internauta contactó de inmediato con un refugio local. Cuando los voluntarios llegaron, especularon que la madre pudo haber sido envenenada.
Lo más triste es que, a pesar de saber que iba a morir, la madre intentó arrastrarse de vuelta hacia sus crías en sus últimos instantes, manteniendo esa postura incluso después de fallecer, tratando de ofrecerles su último rastro de calor corporal.
Este acto de amor maternal fue profundamente conmovedor.
Debido a que la madre y sus cachorros estaban firmemente congelados juntos, los voluntarios tuvieron que llevárselos unidos para el rescate.
Les tomó dos días completos separarlos.
Uno de los cachorros permaneció aferrado a su madre, sin querer alejarse…
Después, lloró durante mucho tiempo, como si supiera que con esa partida, ya no tendría a su madre.