Fecha de publicación: 30/09/2023
En la prefectura de Niigata, en el norte de Japón, un festival de arte atrae a miles de visitantes debido al notable uso de un material común: los restos de paja de las cosechas de arroz. Si bien esta paja tradicionalmente sirve para varios propósitos, como tejados, fertilizante o alimento para animales, Niigata la ha empleado típicamente como una forma creativa de crear esculturas de animales enormes e impresionantes.
Si visita la prefectura de Niigata durante la temporada de cosecha de arroz de la región, encontrará figuras colosales que se asemejan a cigüeñas, águilas e incluso criaturas parecidas a dinosaurios deambulando por el espectacular paisaje. Estas imponentes esculturas son parte integral del Festival de Arte Wara, un evento de verano que celebra el arte de crear animales gigantes y criaturas míticas a partir de los restos de paja de la cosecha de arroz.
La paja es un recurso tradicional y tradicional proveniente de Nishika.
Este evento popular tuvo su comienzo hace apenas unos años, cuando los agricultores del distrito de Nishika (anteriormente conocido como Iwamυro Village) estaban ideando formas de utilizar eficazmente la paja sobrante generada durante la cosecha de arroz. Su búsqueda finalmente condujo a una fructífera colaboración con la Universidad de las Artes de Musashipo, una asociación que continúa prosperando hasta el día de hoy.
En el marco de esta colaboración, los estudiantes de la universidad son responsables de diseñar cada obra de arte, mientras que los artesanos expertos del barrio de Nishika dan vida a estos diseños. Emplean complejas estructuras de madera y grandes cantidades de paja para convertir estas creaciones imaginativas en realidad.
La paja se desarrolla con marcos de madera para garantizar la estabilidad y proporcionar a los artesanos los medios para crear creaciones a gran escala.
El concepto de rejuvenecer la región mediante la creación de obras de arte a base de paja fue propuesto inicialmente por Shigo Miyajima, que era profesor en Musabi en ese momento. La paja, que es un subproducto de la producción de arroz, se ha utilizado para diversos fines, como alimento para animales, fertilizantes y artesanías domésticas, desde tiempos buenos. Sin embargo, debido a la evolución de los estilos de vida y la modernización de la agricultura, esta tradición ha encontrado una expresión contemporánea en nuestro contexto actual.
Toba-ami, la técnica tradicional empleada para crear paja de arroz para su uso en el arte Wara, es uno de esos métodos antiguos que se está desvaneciendo gradualmente.
Esta técnica implica un proceso simple pero complejo. A pesar de que cada pajita individual es gruesa y manejable, el paciente proceso de tejido y los diseños creativos aportados por los estudiantes de la Universidad de Mυsashipo los han transformado en obras de arte vibrantes y casi realistas.
Además, el festival de la paja ofrece una amplia gama de actividades cautivadoras, incluidos juegos, actuaciones de música folclórica y puestos de artesanía.
El festival Wara sirve como un medio para utilizar los subproductos de la industria del arroz húmedo y al mismo tiempo promover la conservación del medio ambiente. Gracias a este festival, atrae a turistas nacionales e internacionales a la ciudad de Niigata, realzando aún más la vitalidad del campo.
Grandes representaciones de leones, águilas, cangrejos, arañas y varios otros animales, además de criaturas legendarias como Amabie, cobran vida gracias al uso creativo de la paja sobrante de la cosecha estacional.
El atractivo del festival radica no sólo en el atractivo estético de sus instalaciones y decoraciones, sino también en su celebración de la vida patrural envolvente, que presenta tanto criaturas reales como míticas. Este υпiqυe bleпd ha atraído consistentemente a turistas de todo el mundo que vienen de visita, se sumergen en las festividades, disfrutan de una sesión de humor y capturan fotografías memorables.
Además de las criaturas gigantes, el festival también incluye simulaciones de los insectos asociados con el cultivo.
Japón es reconocido por su sistema educativo inteligente y eficaz. Por lo tanto, no es de extrañar que incluso una pila de gorros de paja desechados se reutilice de forma ilegible como ayuda visual para los niños pequeños. Es a través de experiencias tan emotivas que los niños japoneses siempre tienen la oportunidad de dar rienda suelta a su creatividad y experimentar un desarrollo integral desde una edad muy temprana.